Desde el ámbito estatal es una cuestión reciente, sólo a partir de la carta magna de 1991 cuando un grupo de indígenas organizados llegan con unas propuestas sólidas y con pretensiones de legislar a partir de unas normas o artículos que vayan en defensa de los intereses de la población indígena de nuestro país, permitiendo así que algunos de los miembros de estas comunidades empiecen a tomar cargos públicos como alcaldes, gobernadores y concejales, elegidos de una forma democrática y legal para el estado.
La ACIN representa al movimiento indígena más reconocido en el país por defender su plan de vida, entendido no como un documento escrito sino como el sueño colectivo y el camino diario para hacerlo realidad, teniendo como referente sus principios de vida ESPIRITUALIDAD, RECIPROCIDAD, INTEGRALIDAD y USO RESPETUOSO DE LA TIERRA, además de los Principios organizativos que han acompañado a las comunidades en todas sus luchas UNIDAD - TERRITORIO - CULTURA - AUTONOMIA. Al mismo tiempo, el Plan de Vida busca consolidar la construcción de nuestro proceso ancestral en plena libertad y autonomía a través de la participación efectiva de la comunidad. Participación que se da en Mingas, Congresos, Concejos y Asambleas comunitarias, de comités o núcleos, de programas, de Tejidos, de Autoridades (Cabildos - Thë´walas), de Resguardo, Municipales, entre otras. Es en estos espacios donde se toman las decisiones, se designan responsables y tareas, se presentan informes, se hace seguimiento a los programas y proyectos de los Tejidos, se evalúa y se ejerce el control. Es así como entre todos se construye la alternativa. Se gobierna obedeciendo. [1]
La ACIN se articula con otras asociaciones de cabildos para conformar el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), que a su vez hace parte de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC). junto con muchos otros movimientos sociales e indígenas buscan la reivindicación de los derechos que les han violentado, la recuperación de su territorio y el reconocimiento político y social de sus proyectos, los cuales están basados en la democracia, la cultura y la tradición.
“se pone uno a pensar y dice cual es realmente la satisfacción cuando se tienen representantes y esos representantes muchas veces no tienen la fortaleza o el suficiente sentido de pertenencia para defender los mismos intereses de las comunidades. Encontramos que hacemos parte de la participación política pero la gente que esta allá representándonos, va en contravía de los mismos principios.
Encontramos compañeros que legislan a favor de los alcaldes; hay antecedentes donde los concejales que legislan sacan acuerdos donde dice que los indígenas ya no pueden comprar más territorios al interior de los municipios, impidiendo que el territorio se amplié y disminuya el hacinamiento.
Uno se pone a pensar hasta donde llega la participación política cuando es una cuestión de representación simplemente, se participa en política a la hora de elegir representante, a la hora de votar, de meter el dedo, pero de ahí no se tiene en cuenta la comunidad porque es una sola persona pensando por un resto de comunidades”[3]
